PERSONITA ESTE BLOG ES SOLO PARA TI, AQUI PODRÁS LEER TODOS LOS DÍAS UN CUENTO DIFERENTE Y HACER VARIAS ACTIVIDADES PROPIAS DE TU EDAD. Profra. Rocío Romero Kuhliger.
jueves, 17 de diciembre de 2009
miércoles, 16 de diciembre de 2009
domingo, 13 de diciembre de 2009
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lunes, 7 de diciembre de 2009
martes, 24 de noviembre de 2009
LA VENDEDORA DE FÓSFOROS.
Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnudos.
Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.
La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.
Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.
Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico pesebre: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.
-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".
Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.
-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!
Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.
Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser acurrucado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.
-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.
Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.
- HANS CHRISTIAN ANDERSEN -
martes, 3 de noviembre de 2009
DIA DE MUERTOS
El festival que se convirtió en el Día de Muertos era conmemorado el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo.
sábado, 10 de octubre de 2009
EL SASTRECILLO VALIENTE
El sastrecillo asomó la cabeza por la ventana y le hizo señas a la vendedora para que subiera.
-Ven, buena mujer, te compraré mermelada. La mujer subió las escaleras con su pesada cesta hasta la vivienda del sastre.
Después de abrir y oler uno por uno todos los frascos de mermelada, el sastrecillo dijo:
-Quiero tres cucharadas de ésta.La mujer se molestó con el sastrecillo por la insignificante cantidad de mermelada que le iba a comprar. Sin embargo, le dio sus tres cucharadas y se marchó.
El sastrecillo cortó una rebanada de pan y luego le untó la mermelada."Comeré tan pronto como termine esta camisa", pensó. En poco tiempo, el dulce de la mermelada atrajo a las moscas.
El sastrecillo exclamó orgulloso:-¡Siete de un solo golpe!
El mundo entero debe enterarse de esto.Entonces decidió fabricarse un cinturón de cuero en donde decía: SIETE DE UN SOLO GOLPE.
El sastrecillo se puso el cinturón y se fue a recorrer el mundo para contar su hazaña.
Antes de partir se metió un pedazo de queso en el bolsillo, por si acaso llegaba a sentir hambre. Después de andar un rato, vio un pájaro en un árbol. Sin saber muy bien por qué, se lo metió también en el bolsillo.
Caminando por el bosque se encontró con un gigante de aspecto temible.
-Voy por el mundo en busca de fortuna -dijo el sastrecillo-.
¿Te gustaría venir conmigo?
-Tú no eres más que un pobre diablo -contestó el gigante riendo.
El sastrecillo se sintió bastante ofendido, y le dijo:
El gigante recogió una roca y la apretó hasta sacarle agua.
El sastrecillo sacó el pedazo de queso que tenía en el bolsillo y lo apretó hasta que le sacó suero. El gigante no quedó muy convencido; entonces decidió lanzar la piedra tan lejos como pudo.
-De acuerdo -dijo el sastrecillo-. Tú llevas el tronco y yo me encargo de la parte más ancha del árbol, que por supuesto es más pesada.El gigante empezó a caminar, sin darse cuenta de que el sastrecillo iba montado en las ramas.
Lo hice a propósito. A ver si tú puedes saltar por encima del árbol.
SABIAS QUE....
Un feo pez de roca anda buscando algo.
viernes, 2 de octubre de 2009
NOCHE DE BRUJAS
En lugar de reunirse en el lugar habitual lo harían en el cementerio abandonado en las afueras del pueblo, todos estaban nerviosos pero trataban de ocultar su temor.
El mayor de ellos comenzó a contar la leyenda del cementerio:
Todos se inquietaron , tal vez alguno de los niños mayores se había ocultado para atemorizarlos... Entonces se escucharon las doce campanadas de la iglesia repicando a la distancia...
De las tumbas parecían salir flotando extrañas y fantasmales figuras, nunca habían visto nada semejante. Querían correr pero sus piernas estaban endurecidas por el temor.
¡ Una risa estremecedora sacudió el cementerio ! ¡ Por fin los pequeños lograron reaccionar y salieron corriendo de aquel espantoso lugar !