PERSONITA ESTE BLOG ES SOLO PARA TI, AQUI PODRÁS LEER TODOS LOS DÍAS UN CUENTO DIFERENTE Y HACER VARIAS ACTIVIDADES PROPIAS DE TU EDAD. Profra. Rocío Romero Kuhliger.
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viernes, 29 de noviembre de 2013
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Grinda, la ranita nadadora
De repente, mamá rana oyó un grito:
-¡Croaaaacc!
Era Grinda, la pequeña de sus criaturas, que se había hecho daño. Tanto ella como el padre rana y todos los hermanos y hermanas se acercaron.
•¿Grinda, qué ha pasado?
La pequeña de la familia se había hecho daño en una de las patitas de atrás y no podía saltar.
O, mejor dicho, podía pero a medias: como sólo podía darse impulso con una pata, cuando daba un salto salía disparada para un lado.
-¿Por qué no pruebas moverla en el agua? -sugirió su hermana mayor.
Una vez en el lago intentó nadar como lo hacía siempre, dándose impulso con las dos patitas de atrás. Pero a Grinda le hacía mucho daño y no la podía mover.
Por eso cada vez que hacía el movimiento, salía impulsada hacia un lado.-¡Así no hay manera de que avancemos juntos! -exclamó el padre, preocupado.
Pasó un minuto y a nadie se le ocurría nada. Grinda desanimada y un poco enfadada, levantó una de las patas delanteras y la hundió en el agua con fuerza.
-¡Ey! ¡He avanzado! -gritó contenta.
Sin acabárselo de creer, Grinda levantó la otra patita de delante y repitió el gesto.
¡Y sí! Volvió a avanzar un poco.
Anee la sorpresa de sus padres y de sus hermanos y hermanas. Grinda fue levantando una de sus patitas delanteras y después la otra, y a medida que las hundía en el agua, iba avanzando ¡Había descubierto que con las patitas delanteras también podía nadar!
Emocionada, practicó durante unos minutos alrededor de su familia.
De repente se paró y, mirando una enorme hoja que flotaba a lo lejos, les dijo:
-¿Hacemos una carrera hasta esa hoja? Como seguro que ganaré yo, al que llegue segundo le enseñaré la nueva técnica que he aprendido para nadar.
Y así fue como las ranas aprendieron a nadar crol.
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El castillo desaparecido
Minuto el Bufón había perdido su castillo, y su amigo el Comandante Sacoviento le estaba ayudando a encontrarlo....
El pobre Minuto cerró los ojos y se agarró fuerte. Su vida dependía del pequeño aeroplano.
"¡Sólo espe-pero que el comandante Sacoviento sepa a dónde v-va!", pensó.
El comandante Sacoviento no tenía idea de a dónde iba. Estaba intentando desesperadamente evitar las enormes ramas que parecían precipitarse sobre él desde el cielo.
El comandante Sacoviento no tenía idea de a dónde iba. Estaba intentando desesperadamente evitar las enormes ramas que parecían precipitarse sobre él desde el cielo.
-¡Lo siento por los choques, amigo! ¡Será mejor que volemos un poco más bajo!
Los momentos siguientes fueron una pesadilla para Minuto. De repente se sumergieron en un bosque de ramitas que se quebraban y de hojas que se desgajaban. El aire se llenó con los zumbidos de los insectos que se dispersaban en todas direcciones.
Luego, la avioneta se abalanzó sobre un estanque repleto de peces. Las alas casi rozaban el agua.
-¡Cuidado con esas r-r-rocas! -gritó Minuto.
Volvieron a subir, rugiendo, girando y metiéndose por todas las grietas y escondrijos del jardín. Pero no encontraron ni rastro del castillo.
Al fin sonaron las palabras que Minuto anhelaba escuchar... -¡Sujeta tu gorro! -gritó el comandante—. ¡Vamos a aterrizar!
Volvieron a subir, rugiendo, girando y metiéndose por todas las grietas y escondrijos del jardín. Pero no encontraron ni rastro del castillo.
Al fin sonaron las palabras que Minuto anhelaba escuchar... -¡Sujeta tu gorro! -gritó el comandante—. ¡Vamos a aterrizar!
Unos segundos después el aparato empezó a dar saltos y se detuvo sobre el tejado de la caseta del jardín.
-No hay na-nada que hacer -farfulló Minuto- ¡Hemos mirado por to-todas partes!
Pero el comandante Sacoviento no se daba por vencido...
-Conozco un lugar en el que no hemos mirado -dijo, señalando hacia abajo. -¡C-c-cclaro! -exclamó Minuto- ¡En la ca-ca-caseta! ¡Vamos!
Bajando por un viejo canalón de desagüe llegaron hasta una ventana y miraron.
-¡Por Júpiter, Minuto, es tu castillo!
En efecto, había un castillo en la caseta. Pero era de color rojo con torres relucientes y banderas blancas.
-N-no, me temo que éste no es mi castillo.
Subieron de nuevo fatigosamente al tejado de la caseta.
-Lo siento, amigo -dijo el comandante- Será mejor que regresemos. Empieza a oscurecer.
Peor aún, comenzaba a llover.
La avioneta despegó del tejado. A pesar de protegerse con sus anteojos, el comandante no veía muy bien a dónde se dirigía.
De repente se produjo un golpazo ensordecedor acompañado de un gran chillido. Plumas oscuras volaron por el aire. Habían chocado con un enorme pájaro negro.
-El ala de estribor está rota -gritó el piloto-, pero creo que podremos seguir volando.
-Eso espero balbuceo-Minuto.
Subieron y subieron. Ambos estaban empapados, cuando por fin penetraron por la ventana y se posaron sanos y salvos en el ático. Un poco más allá había una muchedumbre que vitoreaba y aplaudía. El comandante Sacoviento saltó de la avioneta y se acercó a grandes zancadas para cerciorarse de lo que ocurría.
¡Hola, Alberto! —gritó—.
¿A qué vienen todos esos aplausos?
-Son para Minuto -aclaró el payaso- ¡Ha ganado el concurso de la casa más bonita! Pero no le encontramos por ningún sitio.
El comandante Sacoviento corrió para ayudar a salir del avión al pobre Minuto. -Ven, muchacho -exclamó el piloto excitado- Tengo una sorpresa para ti.
Minuto no podía dar crédito a lo que veía. ¡Justo delante de él se erguía un brillante castillo rojo con sus torres relucientes y sus banderas blancas!
Minuto se quedó sin habla. La entrega del premio terminó y la muchedumbre se marchó a esperar el segundo premio, sin que él hubiera llegado a enterarse de lo que ocurría. Agitó la mano hacia el comandante en señal de despedida y entró para inspeccionar su reluciente casa nueva.
Pero por dentro era exactamente igual que su viejo castillo. Pensaba...
"¡Qué e-e-e-extraño! ¡Este es mi viejo castillo!
"N-n-no creo que n-ne-cesite ningún libro de aventuras después de todo e-esto. Sólo un largo descanso.
Sin embargo, tenía algo que hacer antes de irse a la cama. Minuto se sentó y se puso a escribir una carta muy importante.
lunes, 18 de noviembre de 2013
domingo, 17 de noviembre de 2013
Dominó (Juego de mesa)
DOMINÓ:
Los jugadores se colocan alrededor de una mesa. Antes de empezar, las fichas se colocan boca abajo sobre la mesa y se revuelven para que los jugadores las recojan al azar en igual número cada uno (normalmente 7).En su turno cada jugador colocará una de sus piezas con la restricción de que dos piezas sólo pueden colocarse juntas cuando los cuadrados adyacentes sean de la misma imagen.Si un jugador no puede colocar ninguna ficha en su turno tendrá que pasar el turno al siguiente jugador.
Se muestran dos tipos de fichas, una donde aparecen el animales y nombre y otras donde aparecen animales y cantidades. Estas son las fichas del dominó:
Imprime y recorta tus fichas
Las fichas de animales y cantidades son:
Números hasta el 1 000 000
Los dígitos son los números de 1 al 9. Al combinarlos podemos formar cualquier número.
Ya formamos los números hasta el 100, te invitamos ahora a formar los números hasta el
1 000 000
Dígitos
Los dígitos son los números del 0 al 9 (0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9). Al combinarlos podemos formar cualquier número.
Ejemplos:
207, se forma con los dígitos 2, 0 y 7.
6 748, se forma con los dígitos 6, 7, 4 y 8.
¿Cómo se escriben los números?
Ejemplos:
207, se forma con los dígitos 2, 0 y 7.
6 748, se forma con los dígitos 6, 7, 4 y 8.
¿Cómo se escriben los números?
• Las decenas netas se escriben con una sola palabra.
Ejemplos:
Ejemplos:
• Los números del 11 al 29, se escriben con una sola palabra.
Ejemplos:
Ejemplos:
• Los números del 31 al 99, excepto las decenas netas, se escriben con tres palabras.
Ejemplos:
Ejemplos:
• Los números del 100 al 999 se escriben con la centena neta más los números correspondientes.
Ejemplos:
Ejemplos:
• Los números del 1 000 al 9 000 se escriben con el mil correspondiente más los números que ya sabes escribir.
Ejemplos:
Ejemplos:
• Observa cómo se escriben números mayores que 9 999.
Por ejemplo:
Por ejemplo:
- De derecha a izquierda se separa en grupos de 3 cifras:
- Se escribe el número que está a la izquierda del primer grupo de tres (), se agrega la palabra y luego se escribe el número completo del grupo de tres (doscientos cuarenta y tres). Es decir el número se escribe:
.
Otros ejemplos: