erca de una lejana aldea vivía una familia muy pero muy pobre,tanto que la mamá tuvo que decidir vender la única vaca que tenían para poder comprar alimento a sus pequeños hijos. Entonces llamó al mayor de ellos de nombre Jorgito y le dijo:
Hijo mío debes ir a la aldea y tratar de vender la vaca, ya que esta muy vieja y no nos da más leche. Pero por favor ten mucho cuidado con el dinero que te den por ella pues lo necesitamos para comprar alimentos.
Jorgito muy obediente emprendió el camino y logró vender al viejo animal por el cual le dieron solamente una moneda de oro, todo había salido bien y era hora de regresar a casa. Cuando estaba saliendo de la aldea un pobre anciano harapiento y enfermo se le acercó y le pidió... ¡Por favor tienes una moneda para este pobre viejo que debe comprarse remedios para no morir!
El niño miró la moneda que llevaba fuertemente apretada en su manito y no pudo decir que no al dolor del pobre abuelito. ¡OH... Muchas gracias pequeño, tienes muy buen corazón , por eso te recompensaré! Toma estas abas mágicas y cuando llegues a tu casa plántalas en el jardín.
La mamá de Jorgito se enojó mucho por lo que el niño había hecho, pero comprendió que lo había guiado el amor y para no desilusionarlo le dijo: Está bien ya veremos cómo conseguir dinero para los alimentos, ahora ve y planta esas habas que aunque no sean mágicas cuando crezcan podremos comerlas.
Jorgito plantó las semillas y ¡Sorpresa... Una planta gigante comenzó a crecer ante sus ojos. Y creció tanto que se perdió entre las nubes!
El niño trepó por sus ramas para saber hasta dónde llegaba y cuál no sería su asombro al ver que terminaba frente a un inmenso castillo. Lleno de curiosidad y miedo entró en él y se encontró con un gigante dormido y una gallina encerrada en una jaula de oro. Si me liberas de esta jaula y me llevas contigo te prometo darte todos los días un huevo de oro - dijo la gallina- pues este ogro malvado me tiene prisionera.
Jorgito no lo pensó dos veces, sin hacer ruido para que el temido gigante no se despierte tomó a la gallina y corrió hasta la planta, cuando subió a sus ramas mágicamente la planta se achicó y lo dejó nuevamente en el jardín de su hogar.
Allí la gallinita vivió alegre y cumplió su promesa, por lo que Jorgito y su familia nunca más pasaron necesidades.
................................FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario