domingo, 22 de abril de 2012

La novia del señor Liebre

 Había una vez una mujer y su hija que vivían en un bonito jardín con coles; y una vez  un pequeño señor liebre ingresó a la huerta, y durante el tiempo de invierno se comió todas las coles. Entonces dijo la madre a la hija, 
-"Ve al jardín, y ahuyenta al señor liebre."-
La muchacha dijo al pequeño señor liebre, 
-"Sh-sh, señor liebre, usted todavía sigue comiéndose por completo todas nuestras coles."-
Dijo el señor liebre, 
-"Venga, doncella, siéntese en mi pequeña cola, y venga conmigo a mi pequeña choza."-
La muchacha no lo hizo. Al día siguiente el señor liebre vino otra vez y comió las coles, luego dijo la madre a la hija, 
-"Ve al jardín, y ahuyenta al señor liebre."-
La muchacha volvió a decirle al señor liebre, 
-"Sh-sh, pequeño señor liebre, usted sigue comiéndose todas las coles."-
El pequeño señor liebre dijo, 
-"Doncella, siéntese en mi cola y venga conmigo a mi pequeña choza." La doncella se negó.





El tercer día el señor liebre vino otra vez, y se comió las coles. Ahora la madre dijo a la hija,
-"Ve al jardín y llévate al señor liebre bien lejos."-
dijo entonces la doncella, 
-"Sh-sh, pequeño señor liebre, usted todavía se come todas nuestras coles."-
y replica el señor liebre, 
-"Venga, doncella, siéntese sobre mi pequeña cola, y venga conmigo a mi pequeña choza."-
La muchacha por fin se sentó en la cola del pequeño señor liebre, y luego el señor  liebre la llevó a su pequeña choza, y dijo, 
-"Ahora usted cocine la col verde y la semilla de mijo, y yo traeré a los invitados de la boda."-
Entonces todos los invitados de la boda se reunieron. (¿Quiénes eran los invitados de la boda?) ¿Qué puedo decirle?, lo que otro me dijo: todos eran liebres, y el cuervo estaba allí como el cura para casar a la novia y el novio, y el zorro como oficinista, y el altar estaba bajo un arco iris.
La muchacha, sin embargo, estaba triste, ya que ella estaba absolutamente sola. El pequeño señor liebre viene y dice, 
-"Abran las puertas, abran las puertas, los invitados de la boda están alegres."-
La novia no dice nada, pero llora. El pequeño señor liebre se marcha. Luego vuelve y dice, 
-"Quítese el velo, quítese el velo, los invitados de la boda tienen hambre."-
La novia otra vez no dice nada, y llora. El pequeño señor liebre se marcha. Luego regresa y dice, 
-"Quítese el velo, quítese el velo, los invitados de la boda esperan."-
Entonces la novia no dice nada, y la liebre se marcha de nuevo, pero ella forma y viste una muñeca de paja con su ropa, y le pone una cuchara para batir, y la coloca por la cazuela con la semilla de mijo, y se marcha donde su madre. El pequeño señor liebre viene una vez más y dice, 
-"Quítese el velo, quítese el velo,"-
y levantándose golpea la muñeca en la cabeza de modo que su velo cae.
Entonces el pequeño señor liebre ve que aquello no es su novia, y se marcha muy adolorido.

Enseñanza:
Los sentimientos siempre deben de darse en forma voluntaria y espontáneamente, nunca forzados.

 


HERMANOS  GRIMM

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