En
la selva de Chin Pum, todo era paz y alegría hasta que llegó Jamina.
Jamina era una jirafa altísima, con el cuello largo y flexible como un
bambú, que apareció un día cualquiera para acabar por enfadar a todos,
pues era el animal más curioso e indiscreto que nadie había conocido, y
gracias a su altura no había guarida o nido de animales que escapase a
sus miradas.
Todo lo miraba y todo lo contaba, irritando a cuantos allí vivían, hasta
que consiguió poner a todos de acuerdo para darle una lección.
Por aquella época el gran Manuato, el mono más importante, decidió
trasladarse a unas antiguas ruinas, y arregló todo aquello para que
fuese la casa más acogedora. Jamina no pudo contener su curiosidad, y
disimuladamente una noche se acercó a la ventana. Por ella pudo ver al
mono el tiempo justo para ver cómo salía de la habitación, así que le
siguió hasta otra pequeña estancia, pero tampoco llegaba a ver bien, y
tuvo que seguirle con la cabeza por uno de los pasillos, y luego otra
habitación, y luego otra.... Hasta que Jamina no pudo seguirle más
¡Manuato había dado tantas vueltas, que la jirafa tenía ahora un enorme
enredo en su largo cuello!
Entonces todo el resto de animales, conocedores del engaño,
aparecieron para hacer ver a la arrepentida jirafa lo irritante de su
comportamiento. Y ante la vergüenza que ella misma sintió, decidió que a
partir de entoces dedicaría su largo cuello a cosas más útiles que
tratar de avergonzar a los demás.
Autor.. Pedro Pablo Sacristán
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