Freddy era el nombre del hermano gemelo del conejo de Pascua pero, al contrario de él, desde que nació fue problemático. Esto hizo que sus padres lo abandonaran y que su hermano creyera que era hijo único porque nunca había escuchado hablar de él.
El gemelo del conejo de Pascua estaba deseoso de que los niños lo quisieran y al ver que su hermano regalaba chocolates y caramelos en Semana Santa, Freddy decidió darles algo a los niños.
Freddy quería imitar a su hermano
Mientras que el conejo de Pascua se encontraba en su guarida preparando los regalos para los niños, Freddy hacía lo mismo por su lado, pero había decidido regalar juguetes a los niños y vestidos a las niñas. Cuando llegó el día, el conejo se dispuso a entregar los chocolates sin saber que su hermano lo seguía.
Freddy iba detrás de su hermano sin que este lo pudiera ver y sigilosamente dejaba los regalos que había preparado. Más tarde, le llegaron cartas al conejo de Pascua, donde la agradecían los chocolates y los juguetes y vestidos.
El conejo de Pascua decidió investigar
El conejo de Pascua, extrañado, decidió investigar quién había tenido tan buena idea de hacer los otros regalos y decidió esperar hasta la próxima Pascua para descubrir al generoso ayudante.
Al año siguiente, el conejo de Pascua hizo su trabajo como todos los años, pero cuando llegó a la última casa descubrió a su hermano, que no conocía, dejándoles regalos a los niños. Inmediatamente salió de su escondite y le preguntó quién era. Freddy le confesó que era su hermano gemelo pero que era malo y no tenía bondad como él.
El conejo de Pascua lo sacó de su error, le mostró la carta de los niños y le dijo que el gesto que había tenido con ellos era generoso y un acto de bondad. Finalmente, lo invitó a seguir alegrando las Pascuas de miles de niños pero juntos.
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