El tigre, que era listo, rápido y fuerte, siempre se estaba riendo de los animales, en especial del canijo abejorro y del lento y torpe elefante. Un día de asamblea hay un derrumbe y la puerta de la cueva se bloquea. Todos esperan que el tigre resuelva el asunto pero no es capaz. Al final, el abejorro sale entre las rocas en busca del elefante, que no había ido a la asamblea por estar triste. El elefante acude a remover las piedras y todos los animales felicitan a ambos y quieren ser sus amigos. El último que sale es el tigre, avergonzado, que aprende la lección y desde entonces sólo se fija en las cosas buenas de todos los animales.
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