Fortunato, un conejito muy ingenio soy revoltoso, era uno de los tantos conejitos que ayudaba a esconder los huevitos de pascuas .
Siempre, antes de salir de su casa , Fotunato se abrigaba con su chaleco Favorito, él decía que aparte de abrigarlo, le daba mucha suerte .
Una fría mañana , Fortunato se levantó con mucho ánimo para ir a jugar un rato antes de ir a esconder los huevitos de chocolate .
Al salir de su casa, Fortunato se encontró con el bosque completamente nevado, no se veía nada,todo estaba absolutamente blanco y tapado por la nieve.
Nadie podia creerlo, al estar todo tapado de nieve , era imposible identificar el camino a las casas de los niños que esperaban con ansias salir a buscar los huevitos de chocolate el Domingo Santo.
Todos los conejitos estaban tristes , seria la primera vez que no iban a llegar a tiempo con los huevitos y que desilusión para los niños que no tendrían huevitos que buscar.
Pensando , pensando Fortunato comenzó a frotar su chaleco de la suerte y sin darse cuenta de un minuto a otro comenzaron a aparecer unos rayos de sol que lentamente despejaron el cielo y derritieron la nieve que cubría el bosque .
Todos los conejitos se pusieron Felices , al fin podían llegar sin problema a todas las casas y esconder los huevitos para todos los niños del mundo.
Rápidamente los conejitos llenaron sus mochilas con huevos de todos colores y portes y a toda carrera comenzó la entretenida tarea de esconder los huevos de chocolate entre matorrales y recovecos , para luego ser descubiertos y saboreados por todos los niños.
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