El 1 de junio de cada año, desde 1942, se conmemora el Día de la Marina, fecha instituida en el calendario cívico nacional por el entonces presidente de la República General Manuel Ávila Camacho, como el día dedicado a homenajear a todas las personas que realizan alguna actividad en el mar, como los marinos mercantes, los pescadores, los prestadores de servicios turísticos y quienes realizan la extracción de petróleo en el mar, etcétera, así como los integrantes de la Secretaría de Marina-Armada de México, quienes brindan seguridad y protección en nuestros mares para el impulso del desarrollo marítimo nacional.
Se decretó el 1 de junio como el Día de la Marina por haber sido esa fecha en el año de 1917 en que se aplicó definitivamente el Artículo 32 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece que para pertenecer a la Marina Nacional de Guerra y desempeñar un cargo o comisión en ella se requeriría ser mexicano por nacimiento, y esta misma calidad será indispensable para capitanes, pilotos, patrones, maquinistas, mecánicos y de manera general, para todo el personal que tripulara cualquier embarcación que se amparara con la bandera o insignia mexicana.
El mar es medio de comunicación entre naciones, fuente de recursos económicos y escenario de duras batallas. El dominio militar del espacio marítimo ha sido una de las ideas estratégicas que han alimentado a la política de los Estados que han pretendido ser protagonistas hegemónicos en el escenario internacional para expandir su poder más allá de sus fronteras; pero en consecuencia también ha sido preocupación de aquellas naciones que solamente aspiran a defender sus costas de los apetitos imperiales de aquellos, además de ejercer las funciones del Estado en su territorio marítimo.
México por su configuración geográfica tiene vocación marítima porque posee largos litorales bañados por el Océano Pacífico, incluyendo el Mar de Cortés; así como por el seno del Golfo de México y el Mar Caribe. Ambos, integrantes de la costa americana del Océano Atlántico que suman 10,740.9 Kms., es decir, que nuestro país posee uno de los 10 litorales más largos del mundo, con algunas ventajas comparativas, por ejemplo, México está ubicado en la zona tropical con toda la riqueza y biodiversidad acuática que ello significa, en comparación con Rusia o Canadá cuyas costas están en buena parte permanentemente bloqueadas por los hielos del Polo Norte.
Desde una perspectiva geopolítica, a través del mar, nuestro país tiene fronteras virtuales con más de 70 naciones cuyos litorales comparten en ambos océanos, lo que significa igual número de posibilidades de intercambio político, económico, social y militar que, mirado estratégicamente también significa ser actores en escenarios de conflictos de las mismas naturalezas que las oportunidades, dependiendo su intensidad del valor de los intereses que los vinculan.
Por otro lado, la visión que el Estado Mexicano tiene de sí mismo y de su proyecto de nación, hace suponer que necesita tener una Armada para proteger los bienes que le son inmanentes, incluidos desde luego aquellos contenidos en su territorio marítimo, así como para ejercer su soberanía, sus funciones y su potestad en dicho espacio. Poco más de cuatrocientos cincuenta años en la vida marítima de una nación cuya dualidad de su origen es milenaria, no pueden ser ignorados, aunque a los ojos de algunos sectores de nuestra sociedad han pasado desapercibidos debido a las deformaciones que la pedagogía de la historia ha introducido en los hechos ocurridos. Para la enseñanza social hay muchos México, dependiendo de la ideología del que lo mire o lo enseñe. Para la historia objetiva sólo existe un México con sus diversas épocas, sus naturalezas, sus matices, sus aristas, sus éxitos y sus errores, porque finalmente la historia de ésta o de cualquier otra nación es un producto natural del ser humano y no de los dioses. No se puede explicar el presente si se ignora el pasado y si se ignora el pasado se corre el riesgo de repetir los mismos errores o desaprovechar los aciertos. No se puede definir un proyecto de nación si no está claramente definido el presente.
El propio devenir de México, a través de su paso por el tiempo, ha identificado con mayor claridad y precisión la misión de la Armada y ha multiplicado sus tareas, siempre con el propósito de obtener el bien común y contribuir junto con el gobierno y la sociedad a asumir, en la parte que le corresponde, la responsabilidad de garantizar seguridad de la nación.
NOTA.- Para leer el artículo completo sobre la historia de la armada mexicana, favor de ingresar a la siguiente dirección:
http://www.wiseupkids.com/civismo.htm
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