Don Porfavor es un duendecillo que gran magia sabe hacer. Vive en boca de los niños y de sus papás también.
Él se divierte jugando y tras la lengua se esconde de diente en diente, saltando por nuestras boquitas corre.
Es rápido como un rayo y un poquito vanidoso. Por eso, cuando lo llamo, siempre viene presuroso.
Y es tan grande su alegría al oír su nombre al viento que me regala su magia como un agradecimiento.
Así lo que haya pedido poco antes de nombrarle aparecerá cumplido sin que tenga que esforzarme.
Muchos no quieren llamarlo, o se ponen a dar gritos, o lo hacen enfadados.
Y así, él no está a gustito.
Y entonces piensa el buen duende, "¡qué boca tan aburrida!, pensaba quedarme siempre
¡pero me voy enseguida!"
Don Porfavor huye entonces, dejando solito al niño; irá a buscar otras bocas que le traten con cariño.
Por suerte hay niños más listos que cuando piensan nombrarle recuerdan que hay que decirlo
¡con la sonrisa más grande!
Aprende bien la lección: no te enfades ni des gritos; si este cuento te gustó con gusto te lo repito.
¡Y con muchísimo amor!
Pero pon la cara alegre y acordándote del duende pídemelo POR FAVOR.
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