Aquí tienes una magnifica y fácil manera de hacer un perrito de papel
PERSONITA ESTE BLOG ES SOLO PARA TI, AQUI PODRÁS LEER TODOS LOS DÍAS UN CUENTO DIFERENTE Y HACER VARIAS ACTIVIDADES PROPIAS DE TU EDAD. Profra. Rocío Romero Kuhliger.
miércoles, 27 de febrero de 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
sábado, 23 de febrero de 2013
Los cuerpos redondos

1. Los cuerpos redondos.
La geometría del espacio estudia los cuerpos que tienen tres dimensiones: longitud, anchura y altura.
Los cuerpos que tienen sus caras planas se llaman poliedros.
Los cuerpos redondos tienen alguna cara que es una superficie curva.
Hay tres clases principales de cuerpos redondos: el cilindro, la esfera y el cono.
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Observando las tres figuras superiores, contesta a estas cuestiones:
1.- La figura A es una esfera.
2.- La figura B es un cono.
3.- La figura C es un cilindro.
1.- La figura A es una esfera.
2.- La figura B es un cono.
3.- La figura C es un cilindro.
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Esfera
2.- Elementos de los cuerpos redondos
2.- Elementos de los cuerpos redondos
El cilindro tiene siempre dos bases. La distancia de una base a la otra, medida sobre una recta que ha de ser perpendicular a las bases, se llama altura.
El cono tiene una base circular y una punta que se llama vértice. La distancia desde el vértice, medida sobre una recta perpendicular a la base se llama altura. La distancia que hay desde el vértice a un punto cualquiera de la circunferencia de la base se llama lado del cono.
La esfera tiene un punto llamado centro que está a la misma distancia de todos los puntos de la superficie. La esfera también tiene radio y diámetro.
jueves, 21 de febrero de 2013
¿Qué peso puede soportar un huevo sin romperse?
Material
3 huevos frescos de gallina
3 vasos pequeños
Material pesado como un plato de fruta,una jarra de agua, libros,etc
Colocamos los huevos en los vasos y luego ponemos peso sobre los tres huevos para ver el peso que pueden soportar sin romperse. Se puede comprobar que un huevo soporta un peso muy grande sin romperse.
Explicación: Un huevo puede romperse fácilmente si se golpea bruscamente o si se deja caer desde una cierta altura. Ahora bien, ese mismo huevo colocado verticalmente puede soportar un peso muy grande siempre que no se aplique de golpe. La explicación está en la forma del huevo. Si te fijas bien, un huevo colocado verticalmente tiene una forma parecida a las bóvedas que se emplean en construcción por ser estructuras capaces de soportar mucho peso con un mínimo de material.
El águila, la liebre y el escarabajo.

Estaba una liebre siendo perseguida por un águila,
y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo,
suplicándole que le ayudara.
Le pidió el escarabajo al águila que perdonara
a su amiga. Pero el águila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devoró a la liebre en su presencia.
Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus huevos.
Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo,
viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de estiércol,
voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus.
Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos.
MORALEJA:
Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.
Winx: El secreto del reino perdido

Ficha de la películaDirector: Iginio Straffi
Resumen de la película
Hace años, los más poderosos y valientes magos de la Dimensión Mágica perecieron durante su combate contra el mal absoluto. Hoy, el destino del reino está en las manos de una muchacha, Bloom, el hada de la llama del Dragón.
Acompañando sus amigas del Winx Club, Bloom deberá penetrar en las profundidades de la dimensión oscura para afrontar al mal, y así poder salvar a sus padres y finalmente aclarar el secreto de sus orígenes.
¿Podrán Bloom, Stella, Musa, Tecna, Flora y Layla vencer a las peores criaturas de sus pesadillas y encontrar finalmente el último rey de Dominó? ¿Conseguirá Bloom salvar el reino perdido y se convertirá finalmente en princesa? El destino de la Dimensión Mágica está en juego. La aventura más grande del Winx comienza...
Hace años, los más poderosos y valientes magos de la Dimensión Mágica perecieron durante su combate contra el mal absoluto. Hoy, el destino del reino está en las manos de una muchacha, Bloom, el hada de la llama del Dragón.
Acompañando sus amigas del Winx Club, Bloom deberá penetrar en las profundidades de la dimensión oscura para afrontar al mal, y así poder salvar a sus padres y finalmente aclarar el secreto de sus orígenes.
¿Podrán Bloom, Stella, Musa, Tecna, Flora y Layla vencer a las peores criaturas de sus pesadillas y encontrar finalmente el último rey de Dominó? ¿Conseguirá Bloom salvar el reino perdido y se convertirá finalmente en princesa? El destino de la Dimensión Mágica está en juego. La aventura más grande del Winx comienza...
Fotos de la película Winx: El secreto del reino perdido
Problemas de sumas y restas

01

02
En la nevera había 7 huevos y hemos cogido 4 para hacer una tortilla. ¿Cuántos huevos quedarán en la nevera?
03

_________________________________________________________________________________
04
En el armario de mi habitación tengo 6 camisas, 3 pantalones y 2 chaquetas. ¿Cuántas prendas tengo en total?
05

06
En un campo hay 82 árboles y en otro 10. ¿Cuántos árboles tiene el primero más que el segundo?
07

08
Del gallinero he cogido 24 huevos por la mañana y 37 por la tarde. ¿Cuántos huevos he cogido en todo el día?
09

10
Un avión tiene 64 plazas y han subido 43 pasajeros. ¿Cuántas plazas quedan libres?
11

12
Un niño rompe la hucha que tenía y encuentras 82 euros. ¿Cuánto dinero le falta para comprarse un juego que vale 96 euros?
13

14
En una caja de queso había 8 porciones. Si mi hermano se come 2 y yo 3, ¿cuántas porciones quedan en la caja?
15

16
En una cuadra hay 16 caballos y los 14 niños de una escuela quieren dar un paseo montados a caballo. ¿Cuántos caballos quedarán libres?
17

18
Un tendero tenía una caja con 9 botellas de aceite y ha vendido 2 a una señora y 3 a otra. ¿Cuántas botellas le quedan para vender?
19

20
En un árbol de la selva había 11 monos. Bajaron 3 y subieron 5. ¿Cuántos monos continúan arriba del árbol?
Simbat el Marino
Hace muchos, muchísmos años, en la ciudad de Bagdag vivía un joven llamado Simbad. Era muy pobre y, para ganarse la vida, se veía obligado a transportar pesados fardos, por lo que se le conocía como Simbad el Cargador. "¡Pobre de mí! -se lamentaba- ¡qué triste suerte la mía!".
Quiso el destino que sus quejas fueran oídas por el dueño de una hermosa casa, el cual ordenó a un criado que hiciera entrar al joven. A través de maravillosos patios llenos de flores, Simbad el Cargador fue conducido hasta una sala de grandes dimensiones. En la sala estaba dispuesta una mesa llena de las más exóticas viandas y los más deliciosos vinos. En torno a ella había sentadas varias personas, entre las que destacaba un anciano, que habló de la siguiente manera: "Me llamo Simbad el Marino. No creas que mi vida ha sido fácil. Para que lo comprendas, te voy a contar mis aventuras...".
"Aunque mi padre me dejó al morir una fortuna considerable. Fue tanto lo que derroché que, al fin, me vi pobre y miserable. Entonces vendí lo poco que me quedaba y me embarqué con unos mercaderes. Navegamos durante semanas, hasta llegar a una isla. Al bajar a tierra el suelo tembló de repente y salimos todos proyectados: en realidad, la isla era una enorme ballena. Como no pude subir hasta el barco, me dejé arrastrar por las corrientes agarrado a una tabla hasta llegar a una playa plagada de palmeras. Una vez en tierra firme, tomé el primer barco que zarpó de vuelta a Bagdag..."
L legado a este punto, Simbad el Marino interrumpió su relato. Le dio al muchacho 100 monedas de oro y le rogó que volviera al día siguiente. Así lo hizo Simbad y el anciano prosiguió con sus andanzas... "Volví a zarpar. Un día que habíamos desembarcado me quedé dormido y, cuando desperté, el barco se había marchado sin mí. Llegué hasta un profundo valle sembrado de diamantes. Llené un saco con todos los que pude coger, me até un trozo de carne a la espalda y aguardé hasta que un águila me eligió como alimento para llevar a su nido, sacándome así de aquel lugar."
Terminado el relato, Simbad el Marino volvió a darle al joven 100 monedas de oro, con el ruego de que volviera al día siguiente... "Hubiera podido quedarme en Bagdag disfrutando de la fortuna conseguida, pero me aburría y volví a embarcarme. Todo fue bien hasta que nos sorprendió una gran tormenta y el barco naufragó. Fuimos arrojados a una isla habitada por unos enanos terribles, que nos cogieron prisioneros. Los enanos nos condujeron hasta un gigante que tenía un solo ojo y que comía carne humana. Al llegar la noche, aprovechando la oscuridad, le clavamos una estaca ardiente en su único ojo y escapamos de aquel espantoso lugar. De vuelta a Bagdag, el aburrimiento volvió a hacer presa en mí. Pero esto te lo contaré mañana..."
Y con estas palabras Simbad el Marino entregó al joven 100 piezas de oro. "Inicié un nuevo viaje, pero por obra del destino mi barco volvió a naufragar. Esta vez fuimos a dar a una isla llena de antropófagos. Me ofrecieron a la hija del rey, con quien me casé, pero al poco tiempo ésta murió. Había una costumbre en el reino: que el marido debía ser enterrado con la esposa. Por suerte, en el último momento, logré escaparme y regresé a Bagdag cargado de joyas..."
Y así, día tras día, Simbad el Marino fue narrando las fantásticas aventuras de sus viajes, tras lo cual ofrecía siempre 100 monedas de oro a Simbad el Cargador. De este modo el muchacho supo de cómo el afán de aventuras de Simbad el Marino le había llevado muchas veces a enriquecerse, para luego perder de nuevo su fortuna. El anciano Simbad le contó que, en el último de sus viajes, había sido vendido como esclavo a un traficante de marfil. Su misión consistía en cazar elefantes. Un día, huyendo de un elefante furioso, Simbad se subió a un árbol. El elefante agarró el tronco con su poderosa trompa y sacudió el árbol de tal modo que Simbad fue a caer sobre el lomo del animal. Éste le condujo entonces hasta un cementerio de elefantes; allí había marfil suficiente como para no tener que matar más elefantes.
Simbad así lo comprendió y, presentándose ante su amo, le explicó dónde podría encontrar gran número de colmillos. En agradecimiento, el mercader le concedió la libertad y le hizo muchos y valiosos regalos.
"Regresé a Bagdag y ya no he vuelto a embarcarme -continuó hablando el anciano-. Como verás, han sido muchos los avatares de mi vida. Y si ahora gozo de todos los placeres, también antes he conocido todos los padecimientos."
Cuando terminó de hablar, el anciano le pidió a Simbad el Cargador que aceptara quedarse a vivir con él. El joven Simbad aceptó encantado, y ya nunca más, tuvo que soportar el peso de ningún fardo.
Quiso el destino que sus quejas fueran oídas por el dueño de una hermosa casa, el cual ordenó a un criado que hiciera entrar al joven. A través de maravillosos patios llenos de flores, Simbad el Cargador fue conducido hasta una sala de grandes dimensiones. En la sala estaba dispuesta una mesa llena de las más exóticas viandas y los más deliciosos vinos. En torno a ella había sentadas varias personas, entre las que destacaba un anciano, que habló de la siguiente manera: "Me llamo Simbad el Marino. No creas que mi vida ha sido fácil. Para que lo comprendas, te voy a contar mis aventuras...".
"Aunque mi padre me dejó al morir una fortuna considerable. Fue tanto lo que derroché que, al fin, me vi pobre y miserable. Entonces vendí lo poco que me quedaba y me embarqué con unos mercaderes. Navegamos durante semanas, hasta llegar a una isla. Al bajar a tierra el suelo tembló de repente y salimos todos proyectados: en realidad, la isla era una enorme ballena. Como no pude subir hasta el barco, me dejé arrastrar por las corrientes agarrado a una tabla hasta llegar a una playa plagada de palmeras. Una vez en tierra firme, tomé el primer barco que zarpó de vuelta a Bagdag..."
L legado a este punto, Simbad el Marino interrumpió su relato. Le dio al muchacho 100 monedas de oro y le rogó que volviera al día siguiente. Así lo hizo Simbad y el anciano prosiguió con sus andanzas... "Volví a zarpar. Un día que habíamos desembarcado me quedé dormido y, cuando desperté, el barco se había marchado sin mí. Llegué hasta un profundo valle sembrado de diamantes. Llené un saco con todos los que pude coger, me até un trozo de carne a la espalda y aguardé hasta que un águila me eligió como alimento para llevar a su nido, sacándome así de aquel lugar."
Terminado el relato, Simbad el Marino volvió a darle al joven 100 monedas de oro, con el ruego de que volviera al día siguiente... "Hubiera podido quedarme en Bagdag disfrutando de la fortuna conseguida, pero me aburría y volví a embarcarme. Todo fue bien hasta que nos sorprendió una gran tormenta y el barco naufragó. Fuimos arrojados a una isla habitada por unos enanos terribles, que nos cogieron prisioneros. Los enanos nos condujeron hasta un gigante que tenía un solo ojo y que comía carne humana. Al llegar la noche, aprovechando la oscuridad, le clavamos una estaca ardiente en su único ojo y escapamos de aquel espantoso lugar. De vuelta a Bagdag, el aburrimiento volvió a hacer presa en mí. Pero esto te lo contaré mañana..."
Y con estas palabras Simbad el Marino entregó al joven 100 piezas de oro. "Inicié un nuevo viaje, pero por obra del destino mi barco volvió a naufragar. Esta vez fuimos a dar a una isla llena de antropófagos. Me ofrecieron a la hija del rey, con quien me casé, pero al poco tiempo ésta murió. Había una costumbre en el reino: que el marido debía ser enterrado con la esposa. Por suerte, en el último momento, logré escaparme y regresé a Bagdag cargado de joyas..."
Y así, día tras día, Simbad el Marino fue narrando las fantásticas aventuras de sus viajes, tras lo cual ofrecía siempre 100 monedas de oro a Simbad el Cargador. De este modo el muchacho supo de cómo el afán de aventuras de Simbad el Marino le había llevado muchas veces a enriquecerse, para luego perder de nuevo su fortuna. El anciano Simbad le contó que, en el último de sus viajes, había sido vendido como esclavo a un traficante de marfil. Su misión consistía en cazar elefantes. Un día, huyendo de un elefante furioso, Simbad se subió a un árbol. El elefante agarró el tronco con su poderosa trompa y sacudió el árbol de tal modo que Simbad fue a caer sobre el lomo del animal. Éste le condujo entonces hasta un cementerio de elefantes; allí había marfil suficiente como para no tener que matar más elefantes.
Simbad así lo comprendió y, presentándose ante su amo, le explicó dónde podría encontrar gran número de colmillos. En agradecimiento, el mercader le concedió la libertad y le hizo muchos y valiosos regalos.
"Regresé a Bagdag y ya no he vuelto a embarcarme -continuó hablando el anciano-. Como verás, han sido muchos los avatares de mi vida. Y si ahora gozo de todos los placeres, también antes he conocido todos los padecimientos."
Cuando terminó de hablar, el anciano le pidió a Simbad el Cargador que aceptara quedarse a vivir con él. El joven Simbad aceptó encantado, y ya nunca más, tuvo que soportar el peso de ningún fardo.
FIN
miércoles, 13 de febrero de 2013
domingo, 10 de febrero de 2013
sábado, 9 de febrero de 2013
Adivina adivinador...
de la cosa que te digo.
Para ti también será
si aciertas este acertijo.
(La miel)
la gallina lo pone,
con aceite se fríe
y con pan se come.
(El huevo)
(El limón)
viernes, 8 de febrero de 2013
Tripón, el gato panzudo

Andresín nunca quería acostarse a su hora. Sus papás le habían explicado lo importante que era acostarse temprano y descansar bien, pero él no hacía ningún caso, y ya no sabían qué hacer. Hasta que un fin de semana que estaban en el pueblo con los abuelos, el abuelo Paco se enteró y dijo:
- Esto es un trabajo para Tripón, mi gato panzudo.
Y diciendo eso, les endosó el gato y se lo tuvieron que llevar de vuelta a la ciudad. Era un gato lento y gordinflón, y tampoco daba mucho trabajo, pues nadie sabía nunca dónde se metía. Esa misma noche, a la hora de acostarse, volvieron los problemas: Andresín no tenía intención de ir a la cama. Y aunque sus papás esperaron un rato para ver si ocurría algo especial y Tripón solucionaba el problema, no pasó nada.
- Vaya cosas tiene el abuelo - dijo el padre- igual está empezando a chochear.
Cuando horas después Andresín fue por fin a acostarse, al llegar a la habitación se llevó un buen susto. Tripón estaba en su cama, totalmente espanzurrado, durmiendo a pierna suelta y roncando por todo lo alto. Andresín trató de apartar al gato, pero no hubo forma, y aquella noche apenas pudo dormir nada, arrinconado en una esquinita...
Al día siguiente, la historia se repitió, pero además Andresín estaba mucho más cansado por no haber dormido. Cuando llegón el tercer día, el niño había comprendido que si quería dormir en su cama tendría que llegar antes que Tripón, así que en cuanto sus padres empezaron tan sólo a hablar de acostarse, Andresín salió como una bala directo al dormitorio y se metió rápidamente en la cama.
Sus papás no podían creérselo. No sabían lo del gato, ni por qué Andresín se acostó a su hora sin protestar. Y estaban tan contentos, que se quedaron celebrándolo hasta bastante tarde, pero...
...¿adivináis dónde durmió Tripón aquella noche? :-))
Autor.. Pedro Pablo Sacristán
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PARA MI NIETO ERIC CON CARIÑO
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Bambi y Tambor


¡Hola amigo y amiga! :
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