Bienvenidos - Imágenes para redes sociales

domingo, 16 de junio de 2019

Culibillas y las hormigas blancas

Culibillas y las hormigas blancasHace mucho tiempo cuando el planeta estaba habitado por dioses, hubo una diosa llamada Culibillas. Era una joven bellísima que provenía de una familia humilde. Sus padres Arafita y Anayet, no tenían tierras ni apenas ganado, pero tenían a su hija, que era su mayor tesoro.

Culibillas era una muchacha sincera y dulce a la que le gustaban los animales, especialmente las hormigas blancas, quienes disfrutaban mucho de su compañía y la acompañaban en sus paseos por la montaña.

Las cualidades de Culibillas no pasaban inadvertidas para el resto de los dioses, especialmente para uno: Balaitús. Éste era un dios perverso al que todos conocían por sus saqueos y correrías. Incluso era capaz de provocar terribles tormentas cuando se enfadaba.

El caso es que Balaitús puso sus ojos en la bella Culibillas y decidió bajar en busca de ella.

- ¿Pero qué es eso? - dijo Culibillas a sus hormigas cuando vio que el cielo se abría en terribles truenos y relámpagos.

Era Balaitús, que descendía con su carro. Pero en ese mismo instante aparecieron Arafita y Anayet y evitaron que el malvado dios bajara a por ella.

- Esto no quedará así - dijo Balaitús - Volveré a buscarla mañana al atardecer, la raptaré y será mía, ¡¡¡mía!!!

Pero lo que no se imaginaba Balaitús era que alguien más había oído sus malvados planes. Una de las hormigas blancas de Culibillas, Formiguilla, se había escondido en su carro y lo había oído todo. Tenía que avisar a sus compañeras para evitar que llevara a cabo su plan. Así que se subió a un águila real y le pidió que la llevara a su hormiguero.

Le contó a sus compañeras las maléficas intenciones de Balaitús y todas estuvieron de acuerdo en que no podían permitírselo.

- ¡Arriesgaremos nuestra vida si es necesario! - dijeron todas al unísono

Fueron en busca de Culibillas y descubrieron a la joven durmiendo junto a una roca. Se fueron subiendo una a una sobre ella y así lograron formar un manto blanco bajo el cual la muchacha pasaba inadvertida.

Entonces Balaitús cumplió con sus planes y bajó a la tierra encolerizado dispuesto a encontrarla. Pero por mucho que la buscó por todos los rincones no dio con ella. Su rabia fue en aumento, gritó tan fuerte que quebró las rocas y golpeó el suelo con tanta potencia que acabó con cientos de hormigas. Cuando vio que de nada servía se marchó con su carro lanzando espantosas amenazas contra todos los seres de aquellas montañas, sobre todo a las hormigas, a las que odiaba especialmente.

Los gritos de Balaitús acabaron por despertar a Culibillas.

- Pero ¿qué ha pasado? ¿Qué hacéis todas colocadas sobre mí?

Culibillas y las hormigas blancasLa joven vió algunas de las hormigas pisoteadas en el suelo y escuchó a lo lejos las amenazas de Balaitús por lo que pudo hacerse una idea de lo que había ocurrido.

- ¡No permitiré que acabe con vosotras, mis hormiguitas! ¡De ninguna manera!

De modo que cogió una roca afilada que se había desprendido a consecuencia de los gritos de Balaitús y se lo clavó en el pecho para dejarles a las hormigas un lugar en el que guarecerse.

Tras el gesto de generosidad de Culibillas su cuerpo se convirtió en una montaña a la cual llamaron Peña Foratata que albergaba una brecha dentro, donde dicen, todavía se encuentran hoy guardadas las hormigas.

Con el tiempo, y en memoria de la dulce y buena Culibillas y sus hormigas, el pueblo que nació a los pies de la peña recibió el nombre de Formigal (que en aragonés significa hormiguero).

   Cuentos Cortos

Los dos gemelos y la caja mágica

Érase una vez dos hermanos gemelos que se llamaban Juanito y Miguelito. Tenían el mismo color de pelo, los mismos ojos y la misma sonrisa. Además su madre siempre los vestía igual. Pero había algo que los diferenciaba: uno era más travieso que otro. Juanito siempre hacía rabiar a Miguelito hasta que lo hacía llorar.

En vacaciones fueron a visitar a sus abuelos. Ellos vivían en una casa en mitad del bosque donde había muchos árboles y sitios para jugar. Un día, mientras corrían al lado del río, Juanito hacía rabiar a su hermano continuamente así que al final Miguelito decidió esconderse en una casita de madera que encontró por el camino.

Se quedó allí un rato esperando a que Juanito lo dejara tranquilo cuando, de repente, encontró una caja que brillaba mucho. Era una caja preciosa, bastante pequeña y pintada con muchos dibujos antiguos. Miguelito se acercó a la caja y la miró detenidamente hasta que la cogió y la abrió muy despacio. Al abrir la caja, una voz muy dulce le dijo:
- Soy la caja mágica de los deseos. Puedes pedirme todo lo que quieras pero has de ser bueno y no ser egoísta, sino me iré apagando poco a poco hasta no poder hacer realidad los deseos de ningún otro niño nunca jamás.
Miguelito soltó la caja porque se asustó mucho al oír aquella voz, pero rápidamente se acercó de nuevo y volvió a abrirla.
- Pídeme un deseo y te lo concederé, pero piénsalo bien porque tiene que ser un deseo importante - dijo la caja. 

Miguelito cerró la caja y la guardó en su mochila. Cuando llegó a casa de sus abuelos la escondió debajo de la cama sin darse cuenta de que su hermano Juanito, estaba espiándole desde la ventana.

Cuando Miguelito salió de la habitación, Juanito fue a buscar lo que su hermano había escondido y se encontró con aquella preciosa caja. Cuando la abrió, la caja le dijo:
- Soy la caja mágica de los deseos. Puedes pedirme todo lo que quieras pero has de ser bueno y no ser egoísta, sino me iré apagando poco a poco hasta no poder hacer realidad los deseos de ningún otro niño nunca jamás.

Juanito, rápidamente, pidió a la caja que aquella habitación se llenase de golosinas para él sólo y la caja le concedió el deseo.
Empezó a comer y comer hasta que llegó su hermano Miguelito. Éste vio todas aquellas chucherías y pidió a Juanito que le dejara comer alguna, pero su hermano le dijo que todas eran para él porque así se lo había pedido a la caja mágica.

Miguelito se enfadó mucho porque su hermano le había quitado la caja y porque además estaba siendo egoísta al no querer compartir con él ninguna golosina. Tenía miedo de que la caja se enfadara así que fue corriendo a abrirla y fue cuando vio que la cajita ya no brillaba tanto.

Los dos gemelos y la caja mágicaMiguelito había pensado su deseo, así que cuando la cajita le habló, le dijo:
- Cajita mágica, me encantaría que me ayudases a hacer que mi hermano se portase mejor conmigo, con mis papás y con nuestros amigos y que no fuera tan egoísta.

La caja le concedió el deseo y, por sorpresa, todas aquellas golosinas de la habitación desaparecieron. Juanito se sorprendió mucho, pero algo había cambiado. En vez de enfadarse con Miguelito, se acercó a él y dándole un abrazo fuerte le pidió perdón por haberse portado mal con él.

Miguelito estaba muy feliz, porque la caja mágica había cumplido su deseo. Ahora su hermano Juanito se portaba muy bien con todos y jugaba con él sin hacerle rabiar.

Los dos hermanos guardaron la caja mágica y siguieron pidiéndole deseos. Siempre pedían juntos buenos deseos para su familia y sus amigos y la preciosa caja mágica nunca dejaba de brillar.


PARA MI NIETO ERIC CON CARIÑO

Un acto de magia

Bambi y Tambor

Bambi y Tambor

¡Hola amigo y amiga! :


HAZ CLICK CON EL MOUSE Y AQUÌ ENCONTRARÀS DIFERENTES DIBUJOS PARA IMPRIMIR Y COLOREAR.Dibujos para colorear

Números y colores con letra...

tabla del 2 en inglés

Tabla del 3 en inglés

TABLA DEL 4 EN INGLÉS

TABLA DEL 6 EN INGLÉS

Tabla del 8 en inglés

Encierra al gato

Ve cliqueando los círculos más claros, que se pondrán más oscuros. • El objetivo es cercar al gato y no dejarlo salir. Para empezar, hacer click en cualquier lugar del dibujo de abajo ¡ Buena suerte y mucha atención!

"EL TESORO DEL SABER"

"EL TESORO DEL SABER"
GRACIAS POR SER PARTE IMPORTANTE DE ESTE BLOG.