. Había una vez una pequeño llamado Christopher que por muchos años fue hijo único y aunque siempre tuvo los mejores juguetes siempre soñaba con tener un hermanito.
Un buen día su mamá le dió la feliz noticia: "Hijo vas a tener un hermanito".
Christopher abrió tremendos ojos y dijo:,,, ¡Un hermano!....mamá ¡voy a tener un hermano! la idea le encanto y lo espero con mucho gusto, el tiempo pasaba y él estaba muy impaciente esperando a su hermanito.
Le compró pañales desechables y una gorrita roja.
El día que hermanito nació lo fue a visitar a los cuneros y al verlo pensó....es tan pequeño y se hace bolita en su cunita parece que tiene frío, y siguió observando a su hermano.
Al día siguiente estaba muy nervioso porque al fin su mamá llegaba a casa con el bebé.
Han pasado los meses y cuando Christopher se asomaba a la cuna de Pedrito, él lo ve y le sonríe o cuando llora Chris le pone el chupón y él se queda más tranquilo.
Pronto se dió cuenta, que aunque su hermano era muy tranquilo le rompía sus juguetes.
Cierta ocasión Chris le dijo a su hermano:
-"Oye hermano me estas rompiendo los juguetes que me han durado tantos años", a lo Pedrito le contestó enojado por la observación:
- "No sabes que los juguetes de los hermanos grandes son para que los rompan sus hermanitos", al oír esto Chris y su mamá rieron.
En la guardería le va muy bien y tiene una amiguita llamada Isabel con la que juega siempre.
Han pasado los años y Pedrito ya creció, se pasa todo el día jugando, haciendo tareas y visitando a sus amiguitos.
Los hermanos crecieron , llegó la navidad y un fin de semana toda la familia fue a ver una pastorela. Christopher y Pedrito se rieron y la disfrutaron como nadie, ellos aprendieron a valorar el apoyo y el cariño incondicional de un hermano.
Profra. Rocío Romero Kuhliger.
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