¿Dónde quedó la boca?
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Había una vez un niño que en cuanto alguien preguntaba quién había hecho o dicho algo, el niño saltaba rápidamente diciendo el nombre del culpable. Y empezó a ocurrir en su colegio que ningún niño hablaba, porque todo lo respondía y lo contaba él, de forma que en muy poco tiempo todos fueron quedando sin boca por usarla tan poco, hasta que ninguno tuvo boca y nadie podía decir nada. Entonces el niño comenzó a aburrirse y a sentirse solo, porque no sólo no le hablaban: nadie quería estar con él por haberlos dejado sin boca... Y pensando qué hacer para arreglarlo, se le ocurrió ser él quien hiciera las preguntas, y dejarlas sin responder. El truco funcionó, y al haber tantas preguntas sin respuesta, las bocas de los demás se fueron abriendo hasta que el niño pudo hablar con todos.Y así dejó de meterse en todo, porque comprendió que era mucho mejor y más divertido dejar que fueran los demás quienes contaran sus cosas.
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